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El branding es esencial para el éxito empresarial, creando una identidad distintiva que genera confianza y lealtad. Influye en las percepciones y emociones del consumidor, facilita la diferenciación en el mercado y simplifica las decisiones de compra. Además, aporta valor a largo plazo y proporciona un marco sólido para la comunicación efectiva y la adaptación a los cambios del mercado. En resumen, es una inversión clave para destacar y prosperar en un entorno competitivo.